Donald Trump gobernará con amenazas,que al final han sido suavizadas por la presión de los líderes empresariales estadounidenses como Elon Musk y Jeff Bezos.
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Este 20 de enero inició una nueva era en el mundo. Donald Trump se convirtió en el 47° presidente de Estados Unidos y ya ha dejado pistas sobre cómo será su segundo mandato.
De inicio,durante la ceremonia de investidura en el Capitolio pudimos observar cómo Trump colocó a su derecha a los líderes mundiales,que son los CEOs de las tecnológicas más grandes de Estados Unidos y del mundo.
Estaban ahí a la derecha del presidente estadounidense Tim Cook,CEO de Apple; Elon Musk,CEO de X y funcionario del gobierno de Trump; Jeff Bezos,CEO de Amazon,así como Sundar Pichai,CEO de Google,y Mark Zuckerberg,CEO de Meta.
Estos líderes tecnológicos,y quienes mueven los hilos del mundo,estuvieron ubicados detrás de la familia de Donald Trump,mostrando así quiénes son y serán “el brazo derecho” del presidente 47° de Estados Unidos.
Donald Trump,que también es un empresario,tiene un estilo muy definido respecto a “hacer grande a América de nuevo”,y este,sobre todo,es a través de amenazas,pero con un freno de mano o emergencia que al final siempre lo utiliza.
Trump anunció en algún momento de su campaña que impondría aranceles del 60 por ciento a todas las importaciones provenientes de China. Sin embargo,ya como presidente electo suavizó su discurso y bajó la cifra hasta un 10 por ciento.
Y es que no debemos de perder de vista que Donald Trump no se manda solo. Aunque él quisiera cumplir muchas de las amenazas que “vomita” cada vez,en realidad hay muchos intereses empresariales que al final presionan a Trump y le ponen el freno de mano.
Uno de ellos ha estado cercano desde la campaña de Trump y el propio presidente de Estados Unidos lo nombró parte de su gobierno. Sí,me refiero a Elon Musk,el flamante titular del Departamento de Eficiencia Gubernamental.
¿Se imaginan si Donald Trump cumpliera sus amenazas como la de subir los aranceles a los productos chinos? Simplemente las empresas de Elon Musk,el segundo hombre más rico del planeta,se irían en picada,pues por ejemplo,CATL y BYD son las dos principales proveedoras de baterías para autos eléctricos a nivel mundial,y claro,le proveen a Tesla la mayor parte de las baterías para sus autos.
Otro de los líderes mundiales,a quien para nada le conviene que Trump imponga aranceles y más impuestos a las importaciones chinas es nada más y nada menos que Jeff Bezos,dueño de Amazon,una de las empresas más importantes para la economía de Estados Unidos.
Y es que,de acuerdo con una encuesta de Jungle Scout,más del 70 por ciento de los productos que se venden en Amazon son de origen chino.
Estos son sólo dos ejemplos de personajes poderosos,que son quienes realmente mueven las riendas de Estados Unidos. Así es que para ellos fue un chiste,muy malo por cierto,la amenaza del 60 por ciento de aranceles a productos chinos,y la razón por la que Trump al final les hizo un descuentito para dejarlo sólo en un 10 por ciento.
Trump ha dejado claro que considera a China una amenaza económica,no sólo por su gigantesca capacidad manufacturera,sino también por su control sobre las cadenas de suministro globales y su influencia en el comercio internacional.
En su segundo mandato,la estrategia de aplicar aranceles se ha intensificado y puede extenderse a sectores como la tecnología,particularmente en áreas como la Inteligencia Artificial y las telecomunicaciones,donde China ha hecho avances notables.
Sin embargo,Trump deberá ir más despacio frente a China,pues cortarlos de tajo afectará la propia economía nacional. En cambio,tendrá que ofrecer incentivos a las firmas estadounidenses,como las desarrolladoras de semiconductores,para poder alcanzar su independencia tecnológica.
Donald Trump no puede obviar que las empresas estadounidenses dependen de las importaciones chinas,quienes podrían verse sometidas a mayores costos,lo que afectaría a los consumidores estadounidenses.
Y sin duda todo esto lo sabe Trump,o por lo menos ha escuchado a los magnates que tiene a su lado presionando.
Para muestra otro botón,y es que a pesar del bloqueo a TikTok,que tanto anunció y que bloqueó a 170 millones de usuarios estadounidenses por algunas horas la noche del sábado 18 de enero,Trump decidió que firmaría una orden ejecutiva para detener la prohibición de esta red social china.
“Ampliaré el tiempo antes de que las prohibiciones de la ley entren en vigor,para que podamos llegar a un acuerdo para proteger nuestra seguridad nacional.
“Me gustaría que Estados Unidos tuviera una posición de propiedad del 50 por ciento (de TikTok) en una empresa conjunta”,aseveró Trump en sus redes sociales.
En un caso en el que TikTok aceptara que Estados Unidos poseyera el 50 por ciento de TikTok,¿a quién le convendría? Exacto,eso parece más bien un negocio de Elon Musk,no de Trump.
“He estado en contra de la prohibición de TikTok durante mucho tiempo porque va contra la libertad de expresión. Dicho esto,la situación actual en la que a TikTok se le permite operar en Estados Unidos,pero a X no se le permite operar en China es desequilibrada. Algo tiene que cambiar.
“En mi opinión,TikTok no debería prohibirse en Estados Unidos,aunque tal prohibición pueda beneficiar a la plataforma X. Hacerlo sería contrario a la libertad de expresión y de opinión,y eso no es lo que Estados Unidos defiende”,dijo Elon Musk un día antes de la toma de posesión de Donald Trump.
Ya durante la toma de posesión,Donald Trump aseguró que Estados Unidos es un país de libertades,por lo que evitarán la censura.
“Evitar la censura en el gobierno y que vuelva la libertad de expresión a los Estados Unidos. Nunca más se utilizará el poder del Estado como un arma para perseguir a los oponentes políticos”,comentó Trump en su investidura.
Durante la ceremonia,también se refirió a que Estados Unidos pondrá sus esfuerzos para conquistar el espacio,en específico Marte. “Vamos a lanzar a los astronautas al espacio para que lleven nuestra bandera al planeta Marte”,dijo Trump,mientras Elon Musk sonrió ampliamente y emitió un gran aplauso.
El segundo mandato de Donald Trump promete ser un periodo de intensificación de las tensiones económicas,particularmente con China y México,pero incluso con acciones contra países como Canadá y otros latinoamericanos.
Por ejemplo,durante su discurso de investidura,Donald Trump aseguró que cambiarán el nombre al Golfo de México,por Golfo de Estados Unidos. Mientras que advirtió la recuperación del Canal de Panamá porque lo ha estado utilizando China.
“La promesa de Panamá fue rota y el espíritu de nuestro tratado fue violado. Se está tratando muy mal a nuestros navíos y China ha estado usando este canal; no se lo dimos a China y lo vamos a recuperar”,aseveró el presidente de Estados Unidos.
Su enfoque proteccionista y nacionalista podría transformar la estructura del comercio internacional,generando incertidumbre económica tanto dentro de Estados Unidos como en sus socios comerciales. Mientras que la confrontación con China probablemente continuará,la relación con México podría ser aún más volátil,con un riesgo real de desestabilización económica en América del Norte.
La política económica de Trump en este contexto podría ser un arma de doble filo,con consecuencias tanto positivas como negativas para la economía estadounidense y global.